¡Seguro lo empiezo mañana! Cambiando hábitos: de la procrastinación a tomar acción
“¡Seguro lo empiezo mañana!” Es una frase que todos hemos pronunciado en algún momento de nuestras vidas, ya sea para aplazar el comienzo de un proyecto, la elaboración de un informe, una llamada crucial para nuestro negocio, la redacción de un documento importante, enfrentar una conversación complicada con un colega o colaborador, mantenernos activos y dedicar tiempo al ejercicio, compartir momentos con nuestros seres queridos o simplemente programar una cita médica para cuidar de nuestra salud. A veces, sin siquiera darnos cuenta, hemos invertido horas en las redes sociales o en una charla informal con alguien, prorrogando de manera deliberada una importante tarea que teníamos pendiente.
La procrastinación es el acto de postergar de manera deliberada y voluntaria una acción o tarea, a pesar de saber que dicho aplazamiento puede perjudicarnos, ya sea en nuestro rendimiento o en cómo nos sentimos respecto a nuestro desempeño y nosotros mismos (Pychyl, 2013). Por ejemplo, este comportamiento está asociado con una mayor percepción de estrés y problemas de salud (Sirois, F. M., Stride, C. B., & Pychyl, T. A., 2023). Desde mi experiencia de más de 15 años trabajando con diversas organizaciones y personas, puedo afirmar que la procrastinación es un comportamiento que resuena más de lo que a menudo quisiéramos en la vida cotidiana, tanto a nivel individual como empresarial, y que normalmente atribuimos a la pereza.
Pero hay algo que quizás muchos desconocen: diferentes investigaciones, incluyendo las del Doctor Tim Pychyl (PhD, psicólogo) y su grupo de investigación, expertos en el tema, revelan que la procrastinación va más allá de la simple pereza. Está relacionada con la manera en que regulamos nuestros estados emocionales y no cómo manejamos el tiempo; una relación intrínseca con la forma en que gestionamos nuestros sentimientos y la manera en que intentamos aliviar nuestras emociones en el corto plazo. En otras palabras, la procrastinación no es un problema de pereza, carácter ni está relacionada con la falta de organización. Es una estrategia que utilizamos para afrontar emociones desafiantes y estados de ánimo negativos como aburrimiento, ansiedad, inseguridad y frustración asociados a ciertas tareas.
Sabiendo esto, ¿están listos para descubrir qué puede ayudarles a pasar de la procrastinación a la acción? Acá comparto ocho claves que pueden funcionar y que han ayudado a mis consultantes a cambiar este hábito:
- Reconoce las emociones y pensamientos involucrados cuando procrastinas: Toma conciencia de tus emociones y pensamientos cuando te enfrentas a una tarea que tiendes a posponer. Pregúntate: ¿Qué emociones surgen cuando pienso en esta tarea? ¿Qué pensamientos automáticos me impiden avanzar? Al identificar estas emociones y pensamientos, estarás un paso más cerca de superarlos, ya que puedes empezar a desarrollar estrategias para gestionarlos.
- Identifica el sentido que tiene esa tarea para ti: Pregúntate, ¿por qué es relevante esta tarea para mis metas personales o profesionales? Al encontrar un propósito claro, te motivarás a abordarla, puesto que entenderás su significado en tu vida y objetivos.
- Evalúa los beneficios de hacer la tarea y los costos si la procrastinas: Considera los beneficios a largo plazo de completar la tarea y los costos de no hacerlo. Pregúntate, ¿qué ganaré al hacer esta tarea? ¿Qué oportunidades perderé si la procrastino? Esta evaluación te ayudará a entender la relevancia de la tarea y te impulsará a tomar acción.
- Minimiza las distracciones: Identifica los elementos del ambiente que distraen con frecuencia y trabaja en minimizarlos. Pregúntate: ¿qué elementos en mi entorno me distraen con frecuencia? ¿Cómo puedo eliminar o reducir esas distracciones? El entorno ordenado y enfocado es esencial para vencer la procrastinación y te ayudará a mantener la concentración en la tarea.
- Cambia tu perspectiva sobre la tarea: Sustituye los sentimientos negativos que te inspira la tarea por otros que te motiven. Pregúntate: ¿cómo puedo cambiar mi perspectiva sobre esta tarea? ¿Qué puedo hacer para sentirme más motivado por ella? Cambiar tu actitud hacia la tarea puede hacer que te sientas más positivo y dispuesto a abordarla.
- Elige un primer paso claro y realizable: Identifica el primer paso con el que puedes comenzar. Pregúntate: ¿Cuál es la acción más pequeña que puedo realizar ahora mismo y por la cual puedo empezar? Al dar ese primer paso, te acercarás al logro. Si empiezas con una tarea pequeña y concreta, será más fácil mantener el impulso, esto reduce la resistencia inicial y te permite comenzar de manera más accesible.
- Sé compasivo contigo mismo: Permítete hacer una pausa para gestionar tus emociones. Reconoce que las emociones pueden surgir mientras trabajas en la tarea. Pregúntate: ¿Cómo puedo gestionar mis emociones de manera saludable? ¿Necesito tomar un breve descanso para recargar y mantenerme enfocado/a? Ser compasivo contigo mismo te ayudará a manejar el estrés y la ansiedad relacionados con la tarea.
- Agradece tus logros, incluso pequeños avances: Esto permitirá reforzar y aumentar tu satisfacción personal, te motivará a seguir trabajando en la tarea y te recordará tus éxitos anteriores.
Recuerda que vencer la procrastinación no solo te llevará a concluir tus tareas esenciales, sino que también favorecerá tu salud física y mental y potenciará tu sentido de autoeficacia. Al vencer tus temores y dar pasos hacia adelante, te llenarás de determinación y confianza para seguir adelante y afrontar con éxito los desafíos futuros que se te presenten. Estoy a tu disposición para ofrecerte apoyo en este camino.
Escrito por:
María Clara Gómez Aulí
Consultora – Psicóloga
Referencia:
Pychyl, T.A. (2013). Solving the Procrastination Puzzle: A Concise Guide to Strategies for Change. Tarcher/Penguin: New York
Sirois, F. M., Stride, C. B., & Pychyl, T. A. (2023). Procrastination and health: A longitudinal test of the roles of stress and health behaviours. British Journal of Health Psychology, 00, 1– 16. Recuperado el 5 de septiembre de: https://doi.org/10.1111/bjhp.12658